“Solo con escuchar música se activan al mismo tiempo múltiples áreas del cerebro destinadas a procesar el sonido y entender elementos como la melodía y el ritmo y luego unificarlos para crear una única experiencia musical, todo en cuestión de fracciones de segundo”
Marta ToroPero cuando se toca un instrumento, el cerebro entero se involucra activando múltiples áreas del cerebro, procesando simultáneamente a gran velocidad informaciones en secuencias complejas e interrelacionadas. Practicar un instrumento no sólo ejercita las zonas motoras del cerebro sino que combina la precisión lingüística y matemática del hemisferio izquierdo con el contenido creativo y nuevo del hemisferio derecho. Digamos que la música es una herramienta terapéutica muy eficaz y sin efectos secundarios, que mejora la creatividad, la capacidad de resolver problemas, la función ejecutiva y la memoria.
¿Qué has descubierto trabajando con la música?
Trabajar con música es un placer. Además de que la música nos alegra la vida, tiene efectos profundamente terapéuticos y es objeto de enorme interés científico.
Todos sabemos que la música nos afecta de muchas formas: influye sobre nuestro cerebro y mente. Enriquece los procesos sensoriales, motores, cognitivos, fomenta la creatividad y la disposición al cambio. El compás, la tonalidad, la melodía y la armonía afectan diferentes áreas del cerebro y todas ellas se conectan a complejas redes neurológicas. Una emoción musical intensa, por ejemplo, se relaciona con regiones cerebrales que participan en el proceso de recompensa y estímulo, favoreciendo entre otras cosas la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado a la alerta, el estado de ánimo y la regulación emocional.
Solo con escuchar música se activan al mismo tiempo múltiples áreas del cerebro destinadas a procesar el sonido y entender elementos como la melodía y el ritmo y luego unificarlos para crear una única experiencia musical, todo en cuestión de fracciones de segundo.
Pero cuando se toca un instrumento, el cerebro entero se involucra activando múltiples áreas del cerebro, procesando simultáneamente a gran velocidad informaciones en secuencias complejas e interrelacionadas. Practicar un instrumento no sólo ejercita las zonas motoras del cerebro sino que combina la precisión lingüística y matemática del hemisferio izquierdo con el contenido creativo y nuevo del hemisferio derecho. Aumenta el volumen y la actividad del cuerpo calloso del cerebro, el puente entre los dos hemisferios, permitiendo que los mensajes se muevan con mayor rapidez y por múltiples rutas.. Digamos que la música es una herramienta terapéutica muy eficaz y sin efectos secundarios, que mejora la creatividad, la capacidad de resolver problemas, la función ejecutiva y la memoria.
No parece que todos los estilos musicales puedan favorecer acciones terapéuticas…
Depende de lo que se pretenda. “Crecer con Confianza”, por ejemplo, que se creó con una intención clara de mejorar la atención y buscar la relajación, se fundamenta entre otras cosas en las diferentes etapas de crecimiento de los niños, que van pasando por determinados tipos de ondas cerebrales que marcarán su comportamiento, su capacidad de aprendiza y emociones.
A nivel terapéutico hay que determinar los objetivos y seleccionar muy bien la música que se quiere aplicar. Así lo hace la musicoterapia. Ahí tenemos el famoso “efecto Mozart” que yo personalmente suscribo porque me produce mucha serenidad, o la música barroca… Con un poco de atención, cada uno se dará cuenta qué tipo de música le reproduce el estado de ánimo que buscaba. Hay que explorar.
Nos puedes explicar mejor que es “Crecer con Confianza”
Es un método musical de apoyo para padres, docentes o terapeutas que enseña a los niños cómo relajarse y, al mismo tiempo, aumenta su capacidad de concentración y atención, tratando de ganar en seguridad y confianza en sí mismos. El método se fundamenta en varios conceptos de la neuropsiquiatría moderna como el origen epigenético (genes más respuesta al entorno) de trastornos como el TDA/H.
Además, el método fue objeto de un ensayo clínico con 156 niños de 7 a 12 años con diagnóstico TDA/H en un colegio de Madrid. Su aplicación redujo los niveles de ansiedad en los niños de manera significativa y mejoró su atención sostenida de forma espectacular. En general, la respuesta en los colegios que lo están implantando es muy positiva. Los profesores observan que el uso del método a nivel colectivo calma a los niños, tiene un efecto contagio y mejora el ambiente en clase. Por otro lado, los profesores se alegran de ver que sólo precisan un aparato de música y no les supone trabajo adicional, mas bien se lo facilita.
Cuando yo era pequeño a este trastorno se le llamaba “niños muy movidos” ¿cuanto crees que hay de cierto en el diagnóstico TDA/H?
El tema que apuntas es muy controvertido y creo que requiere de una gran reflexión, porque es importante. Dentro de la comunidad científica la polémica se dispara en varias direcciones, por ejemplo, se cuestiona si el TDAH es verdaderamente un trastorno o es simplemente una variante de normalidad que tuvo sentido en algún momento de la evolución del homo sapiens y que, hoy dentro de nuestro esquema social, no tiene buen encaje y es una auténtica molestia para todos. Como bien dices, “niños movidos” ha habido toda la vida.
En cualquiera de las dos opciones se ponen en tela de juicio las enormes cifras diagnosticadas que se están barajando, dudando tanto de los métodos de evaluación, como de los efectos a medio largo plazo de tratamientos ligados a psicoestimulantes, que en algunos casos pueden ser adecuados y en otros, un auténtico disparate.
Algo estamos haciendo mal…¿que hay que cambiar?
Si estamos hablando de ese tipo de niños, habrá que probar si hay otras vías terapéuticas. Trabajar la mente y ejercitarla en la relajación y en la atención puede ser una de las alternativas que hagan mucho bien a esos niños, dejando los psicofármacos para los diagnósticos incontestables.
En general recomiendo la práctica de la atención profunda, lo que implica tratar de ver y escuchar sin interferencias para poder captar lo importante. Es un proceso al que tenemos que querer estar abiertos y que dura toda la vida.
Como crees que afectaría al desarrollo de los niños igualar en número de horas las asignaturas artísticas con el resto de asignaturas?
En los países anglosajones se está más cerca de esta idea. De todas formas creo que el modelo educativo sobre todo debería estar alejado de la rigidez y la frustración y ser lo suficientemente flexible para sacar lo mejor de cada uno, es decir, que tenga opciones y permita probar, identificar y desarrollar cualidades específicas de los niños. El sistema actual además de ser rígido está muy centrado en suministrar pilas de información cada vez más abstracta, en plantear problemas intelectuales muy sofisticados y en impartir diferentes áreas de conocimiento. No ayuda a pensar y, por lo tanto, no fomenta la autonomía y la responsabilidad
Toda esta información está muy bien, pero lo interesante sería que el sistema tuviera como objetivo prioritario enseñarles a pensar, a crecer libres de ansiedad, a enseñarles valores como la generosidad, el afecto, o la responsabilidad como un valor que genera fuerza positiva y es liberador de posturas victimistas y dolorosas. ¿Por qué no asentar esas pilas de información sobre valores que nos ayuden a asumir las riendas de nuestra vida?.
También creo que sería coherente que las asignaturas artísticas tuvieran más protagonismo dentro del sistema porque suponen otra opción, otro punto de vista: trabajar por amor al arte, porque no puedes remediarlo, por un sentido estético, – representan otros objetivos a los que no estamos acostumbrados y puede que no estén tan mal.
Luego en la vida profesional dominar cualquier arte requiere de mucho tesón, horas de trabajo, alguna dosis de desconcierto y mucho talento que es la brida del carro.
Sobre nuestros mayores, el documental “Alive Inside” con personas que padecen demencia demuestra claramente los beneficios de la terapia musical en muchas residencias del mundo.
Si, fantástico y emocionante documental. La musicoterapia actúa ya en muchos ámbitos hospitalario, con personas con cáncer, con niños, ancianos, los resultados son muy positivos. La música como generador de recuerdos, capaz de trasladarnos a una situación concreta que ya hemos vivido y de hacernos revivir aquellas emociones. El reconocimiento de estas imágenes emociona. Un documental lleno de ternura y esperanza.
Nosotros también estamos testando el impacto del método Crecer con Confianza en adultos con problemas de memoria, ya que la atención es una función ejecutiva fundamental ligada a la memoria de trabajo. De momento, la respuesta es positiva.
Para más información sobre Crecer con Confianza consulta en www.martatoro.com
Entrevistada por Iván Pascual
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